No me intoxicas más la mente.
Sueño lo que quiero soñar, voy a donde quiero ir, sé lo que quiero ser, hago lo que quiero hacer, y lucho por todo lo que quiero tener y por mas que me sobren razones para odiarte y las ganas de romperte el cuello se me hagan incontenibles, debo admitir que es absurdo seguir peleando solo. Cansa, aburre y a la vez duele. No se si en aquel lugar, allí donde te escondes cada noche en que tu cielo deja de brillar y no hay horizonte donde mirar, puedas aprender lo que es amar. Eso espero, aunque lo dudo. Pero eso si, jamás seré la mentira que quieres que sea. Lo siento, pero esta vez juegas solo. No podía darte soluciones para todos los problemas de tu vida ni tengo respuestas para todas tus dudas o temores, pero podía escucharte y buscarlas contigo. No puedo cambiar tu pasado ni tu futuro, pero cuando me necesitaste allí estuve junto a ti. No puedo evitar que tropieces, solo puedo ofrecerte mi mano para que te sujetes y no caigas. Tus alegrías, tus triunfos y tus éxitos no son míos, pero disfrutaba sinceramente cuando te veía feliz. Siempre te alimentaste de mentiras, la mentira es la afirmación de los cobardes hipócritas, que se esconden, tratando de no enfrentar la realidad o por lo menos de asimilarla. Ojala algún día te des cuenta que ir de frente es mejor, si algunos no fueran tan caretas como vos no existiría la decepción por algo que creemos y después nos mata. Porque la verdad solo lastima al principio. Cuando me lastimaste me hiciste mas fuerte, cuando me criticaste me hiciste importante y con tu envidia me hiciste valioso. Ya no quiero respetar a quien me quiso humillar. Eras muy importante, hay algo mal en todo lo que ves... Pero yo, sé quién eres realmente, eres el que llora cuando está a solas... ¿A dónde irás? Sin nadie a tu lado que te salve no puedes escapar. Piensas que no puedo ver a través de tus ojos, estas muerto de miedo para enfrentar la realidad y me doy cuenta que estás asustado, puedo oírte en un suspiro, pero tú ni siquiera puedes oírme gritando. Tenía miedo de darte otra oportunidad, pero no era miedo a ser feliz, era el miedo a volver a sufrir. Aquel día, no razonaste, desapareciste, cuando tenias que estar, te echaste a correr, lo que hiciste en mí, no tiene perdón, a estas alturas no te mereces que te llame amigo. Aquel día descubrí que mi único rival no eran más que mis propias debilidades, y que en éstas, está la única y mejor forma de superarnos, aquel día dejé de temer a perder y empecé a temer a no ganar, me dejó de importar quién ganara o perdiera, ahora me importa simplemente conocerme mejor que ayer. Aprendí que lo difícil no es llegar a la cima, sino jamás dejar de subir. Aprendí que el mejor triunfo que puedo tener, es tener el derecho de llamar a alguien "amigo". En definitiva siento como que gané cuando perdí, una parte de mi cree que soy un perdedor y la otra parte cree que soy todopoderoso; pero cuando los sentimientos finalmente se expresan te hacen llorar, es simplemente eso. Nadie está a salvo de las derrotas. Pero es mejor perder algunos combates en la lucha por nuestros sueños, que ser derrotado sin saber siquiera por qué se está luchando. Yo fui quien saltó, pero vos fuiste quien ató al cuello la cuerda, me arriesgue por vos porque la persona q no arriesga no hace, no tiene, no pretende, no anhela. Se pueden evitar sufrimientos y preocupaciones, placeres y alegrías, pero te estarías perdiendo de aprender, sentir, cambiar, crecer, amar y vivir. Solo una persona q se arriesga es libre. Es como si una y otra vez me tiraras al suelo, debía largarme pero una y otra vez volvía por más. Jugaba dentro de tu fantasía pero ahora se ha acabado. No puedes mentirme a través de tu sonrisa, he visto dentro de tus ojos: Ya no me intoxicas más la mente. Más vale que no tengas que elegir, entre el olvido y la memoria.
Publicado por
Kaien Medina
